Soy partidario de la sostenibilidad a la medida de las empresas: la que facilita la gestión de una empresa, el aumento de las ventas o la mejora de la selección de proveedores. Creo que no siempre es necesario exigir a una empresa más que el cumplimiento de sus obligaciones legales y fiscales. Tras haber experimentado varios grandes proyectos de RSE, elaborados para empresas como Citi Handlowy, la Fundación Kronenberg o el banco italiano Unicredit, me he dado cuenta de que el impacto de la RSE en la estrategia de las empresas es limitado, y prácticamente inexistente en el sector de las PYME.
Por esta razón, me sentí optimista al enterarme de la introducción de la Directiva sobre la elaboración de informes de sostenibilidad empresarial (CSRD), que se espera que abarque también a las PYME a partir de 2026. Lo veo como una oportunidad para elevar los estándares de hacer negocios sostenibles. Por eso llevo más de dos años siguiendo con expectación lo que ocurre en el campo de ESG y CSRD, intentando comprender la dirección del cambio y adaptar la oferta de Atland Consulting a las necesidades específicas del mercado.
He participado en eventos como el Global Impact Summit de Málaga. Junto con la Confederación Lewiatan y colegas de Attention Marketing, organizamos un taller sobre ESG adaptado al negocio para entender las preocupaciones y dudas de los empresarios polacos. Preparamos un acto similar en Gdansk con Empresarios de Pomerania y Tom Smorgowicz. Para enriquecer aún más mi comprensión de este complejo tema, realicé estudios en el Imperial College de Londres sobre ESG y evaluación de impacto ( definitivamente no es la traducción más adecuada de la palabra inglesa Impact). También realicé varias entrevistas con representantes de la Comisión Europea, en busca de respuestas a la pregunta de cómo afectará la ASG a las empresas, el mercado, la financiación pública y los modelos económicos.
Mis conclusiones
Temo que los ASG y la RSCD se conviertan en una herramienta más para los auditores y en una extensión de la RSC. En lugar de ser un motor para la conducta empresarial sostenible, podría ser otro requisito de información sin impacto real en la estrategia de las empresas. El rápido ritmo de aplicación de la transformación verde en Europa, impuesto por von der Leyen, puede ser contraproducente, especialmente cuando las empresas tienen que competir en un entorno global y volátil.
Dos enfoques de ESG en las empresas
En la actualidad, veo dos formas de implantar ESG en una empresa:
- Cumplimiento del CSRD – implantando un sistema de información que para las grandes empresas incluye hasta 1.100 indicadores.
- Gestión estratégica de los ASG: utilizar los ASG como herramienta para aumentar los ingresos, fidelizar a los clientes o mejorar la eficacia de la colaboración con los proveedores. En Atland, hemos elegido este camino.
Nos hemos dado cuenta de que la mayoría de nuestros clientes no son muy buenos analizando datos ASG, y en la vorágine de indicadores, sistemas de información y marcos normativos cambiantes, les resulta difícil mirar su negocio desde una perspectiva más amplia e identificar qué acciones específicas están teniendo el mayor impacto positivo y cómo demostrar ese impacto.
Herramientas prácticas: SROI y Triple Bottom Line Canvas
Para hacer frente a este reto, he probado una serie de metodologías y herramientas disponibles en el mercado para facilitar la implantación de ESG. De ellas, he seleccionado dos que utilizamos y que me parecen especialmente eficaces: el algoritmo SROI (Social Return on Investment) y el Triple Bottom Line Canvas (TBL). Su objetivo es sencillo: aumentar los ingresos, la fidelidad de los clientes o la eficiencia operativa mediante la implantación de los ASG en el modelo de negocio de la empresa.
Para ilustrar el uso de estas herramientas de forma sencilla, permítanme poner el ejemplo de nuestro cliente alemán Wunderflats. Para empezar, examinamos el modelo de negocio y los resultados de la empresa y los analizamos en términos de ASG preguntándonos qué área nos importaba más. Para ello, utilizamos TBL, que ayuda claramente a realizar un análisis similar.
Decidimos centrarnos en la «S» – «Social»- porque la empresa gestiona una plataforma digital con viviendas para refugiados. Gracias a ellos, 30.000 refugiados de Ucrania han encontrado un techo fuera de las instalaciones estatales y los campamentos. Para mostrar eficazmente el impacto de Wunderflats, en lugar de desglosar múltiples temas como el número de refugiados, su calidad de vida, salud mental, acceso a la educación infantil, etc., decidimos fijarnos únicamente en la administración pública y sus prioridades, es decir, el precio y la rentabilidad. Con la ayuda del método SROI, calculamos que la solución ofrecida por Wunderflats es 8 veces más barata que los medios gubernamentales tradicionales para encontrar alojamiento a los refugiados, generando un ahorro de casi 80 millones de euros para el erario alemán. Este análisis de impacto positivo contribuyó directamente al aumento de la facturación de la empresa en el segmento B2G.
Resumen
Una estrategia empresarial sostenible basada en ESG debe apoyar directamente el modelo de negocio. Por desgracia, un enfoque moral o los requisitos legislativos no suelen ser suficientes. Nuestra atención no debe centrarse únicamente en la mejora de los informes o en auditorías adicionales, sino en un cambio real que refuerce nuestras operaciones y contribuya al mismo tiempo a la sostenibilidad empresarial. Para lograrlo, debemos conocer los puntos fuertes y débiles de nuestro negocio y las necesidades de nuestros grupos de interés y, sobre esta base, seleccionar las áreas ASG que mejor encajen en el panorama.