MODELOS DE TRANSICIÓN admin marzo 7, 2024
MODELOS DE TRANSICIÓN

Hubo una época en la que una cantidad importante de ONGD´s no paraban de hacer proyectos de todo tipo. La sensibilidad, la empatía y las ganas de ayudar parecía proliferar por todas partes.

Aunque ahora parece que no cambió nada, basta con acercarse a aquellos que recibieron la ayuda para poder ver que sí que fue útil (aún lo es). Sin embargo la dinámica y la forma de trabajar eran insostenibles.

Los fondos públicos que llegaban a las ONGD´s dejaron de fluir y aquellas entidades no tenían capacidad de mantenerse en pie. Incluso las que tenían una base de socios vieron reducidas las aportaciones porque las sucesivas crisis y la total incertidumbre fueron provocando una lenta, pero constante, pérdida de apoyo.

Sin embargo los problemas seguían ahí.

Para muchas personas, una vez se entienda que hay algo mal, que tiene un impacto negativo, no hay vuelta atrás. No se puede vivir de espaldas a un problema. Tocaba realizar cambios, tocaba buscar nuevos caminos donde seguir avanzando en la reducción de la desigualdad, en la incorporación de todos al mercado laboral, el frenar el daño al planeta, …

El modelo de ONGD no requería de planes y los riesgos eran comedidos. Cambiar ese modelo no es una cosa que se pueda hacer de la noche a la mañana. Hay que gestionar “las sospechas” de la sociedad, la reticencia de aquellos que llevan años trabajando de una manera y hay que empezar a incorporar un discurso en el que los valores y los principios se sostienen sobre hojas de cálculo y no sobre mástiles de banderas.

Y en ese caminos seguimos.

La economía social y solidaria se ha convertido en estrategia y herramienta para el cambio. Encaminar la lucha por ciertos valores y a la vez hacer que “los números” estén sometidos a esos mismo valores se ha rebelado como la única forma de cambio realmente efectiva.

Vemos como cada día, no sin desvíos ni pasos hacia atrás, esa visión hace que aparezcan nuevos proyectos de economía social y que sus valores y sus límites “contaminen” al resto de la economía obligando a una reflexión necesaria.

En España, uno de los países en los que trabajamos habitualmente, hemos podido ver como este tipo de proyectos van generando dinámicas y ramificaciones de todo tipo.

España es un país en el que las cooperativas son en su mayoría agrarias y que tuvieron un importante influencia en entornos urbanos en los años 60 y 70 del siglo pasado (al final de la dictadura del General Franco) debido precisamente al éxodo rural. Los españoles que iban de los pequeños pueblos a la ciudad, llevaban consigo sus costumbres y maneras.

Salvo el caso del País Vasco, en el resto de España fueron desapareciendo e incluso considerándose un mecanismo para épocas de carestía y pobreza.

Todo eso lleva unos años cambiando.

A día de hoy están apareciendo cooperativas en entornos urbanos que van encaminadas a cuestiones básicas como la alimentación o la energía. ¿Importante? Por supuesto y terriblemente difícil también. Son sectores estratégicos con muchos intereses por parte de empresas poderosas y con dinámicas de consumo sumidas en la inercia que hacen que se muy difícil recabar apoyos.

De seguir el modelo clásico de ONGD, estas entidades ya habría desaparecido. Ser capaces de dar servicios como energía renovable (ECOO, SOMEnergía O Solabria) o ser capaces de acercar alimentos conseguidos con criterios ambientales y de justicia para los productores (el caso de los grupos de consumo) ha sido clave para su supervivencia. La dificultas (dar servicios y producir) ha sido el elemento imprescindible para sus supervivencia (clientes con un compromiso más allá de la mera transacción económica).

Es de esperar que si alguien ve como posible y positivo crear una organización así piense que ese modelo se puede trasladar a otros ámbitos. Eso ha provocado que algunas de las organizaciones que han impulsado este nueva manera de trabajar creen, escuelas y planes formativos para explicar las dificultades y la manera de trabajar que les ha llevado a sobrevivir en tiempos de incertidumbre.

La como Economistas Sin Fronteras da apoyo para sacar adelante negocios mediante formaciones en la realización de planes, finanzas básicas, etc.

ECOO (cooperativa de renovables) tienes desde el 2019 un Escuela de Activismo Económico de economía social y solidaria para jóvenes de entre 18 y 35. Economistas Sin Fronteras tiene el proyecto El Nido para poner en contacto a los agentes involucrados en la economía social.

Estos proyectos nos muestran como la transición de modelos clásicos a modelos actuales es posible. No se trata tanto de replicar como de ver de que manera han sido capaces de dar nuevos significados y dotar de herramientas para el cambio.

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