Los criterios ESG (Environmental, Social and Corporate Governance), son los aspectos ambientales, sociales y de gobernanza corporativa que constituyen un enfoque esencial para evaluar la dedicación de las empresas hacia objetivos más allá de la maximización de ganancias. Dentro del marco ESG, se promueven metas tanto ambientales como sociales, incluyendo el respaldo a movimientos comunitarios y la integración de la diversidad, equidad e inclusión en la estrategia propia de las empresas.

En menos de dos décadas, lo que comenzó como una iniciativa de responsabilidad social corporativa ha evolucionado a un fenómeno global con más de 30 billones de dólares en activos gestionados bajo esta perspectiva. 

Aunque algunos críticos plantean dudas sobre su impacto real, el movimiento ESG continúa ganando relevancia en el panorama de inversión y negocio. Al interés generado hay que sumar la normativa que ha fijado la Comisión Europea que ha marcado 2024 como fecha de arranque para incorporar estos principios en los reportes de empresas, instituciones y organizaciones.

Pero ¿Qué son los ESG?

Durante muchos años lo económico, lo social y lo ambiental se ha tratado de forma separada cuando no enfrentada. Esta forma obsoleta de entender esos elementos es una visión alejada por completo de la realidad que a la larga ha demostrado que es más una fuente de problemas que de riqueza. El coste de paliar su impacto negativo es superior al beneficio que se obtiene ignorando el impacto social o ecológico.

Tener un papel activo en la sociedad pasa por ser conscientes de las consecuencias que nuestra dinámica diaria tiene a diferentes niveles. Esto es aún más importante en el caso de las entidades (empresas, instituciones y organizaciones).

De no asumir ese papel activo dichas instituciones serán, en el menos malo de los casos, un mal necesario que desaparecerá ante cualquier opción que suponga una mínima mejora. 

No tiene porque ser así. 

Las entidades han de  tener un papel activo y positivo en la sociedad. Con esa idea es con la que se establecen los principios ESG:

• Criterios Ambientales (E): Engloban el impacto medioambiental de una empresa, abarcando aspectos como la gestión de residuos, la contaminación, el cambio climático y la preservación de los recursos naturales. En el ámbito de la construcción sostenible, estos criterios ejercen una influencia directa y profunda.

• Criterios Sociales (S): Centran su atención en las relaciones que la empresa establece con sus empleados, clientes, proveedores y la comunidad en su conjunto. Estos abarcan factores como la diversidad y la igualdad de género, la seguridad y la salud en el trabajo y los derechos humanos.

• Criterios de Gobernanza (G): Se refieren a la forma en que la empresa gestiona su funcionamiento interno, incluyendo su estructura de gobierno corporativo, su ética empresarial y la transparencia financiera. Estos criterios constituyen un pilar fundamental que sustenta la toma de decisiones y la integridad de la empresa.

La Unión Europea ha preparado una serie de normativas que ponen a los países miembros en la vanguardia para convertir la responsabilidad en una ventaja competitiva acercándonos a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS. Los ESG formarán parte de la estructura y la estrategia de empresas, instituciones y organizaciones más allá de la Responsabilidad Social Corporativa.

Los criterios ESG tienen su origen en el Acuerdo de París y el Pacto Verde Europeo.

El Acuerdo de París, firmado en 2015 por 196 naciones, estableció la meta de limitar el aumento de la temperatura global por debajo de 2°C con respecto a niveles preindustriales y aspirar a limitarlo a 1.5°C. A su vez, el Pacto Verde Europeo, presentado en 2019, traza el camino para que Europa se convierta en el primer continente con neutralidad de carbono para el año 2050.

Estos hitos impulsaron acciones concretas, como el Plan de Acción de Finanzas Sostenibles de la Comisión Europea, que abarca diversas regulaciones relacionadas con los criterios ESG. 

Para su puesta en marcha existen tres regulaciones principales que establecen un marco legal para aplicar adecuadamente los criterios ESG (además de alguna normativa nacional):

1. El Reglamento de Taxonomía (UE) 2020/852 establece un marco para crear una clasificación unificada de actividades sostenibles, determinando cuáles son respetuosas con la sostenibilidad y cuáles no. Su propósito es guiar a los inversores hacia oportunidades sostenibles y fomentar la transición a una economía más sostenible al establecer objetivos medioambientales que deben cumplir las actividades económicas para considerarse sostenibles.

2. El Reglamento SFDR (UE) 2019/2088, también conocido como Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles, brinda transparencia a los inversores y evita el “greenwashing” al establecer normas sobre la integración de riesgos de sostenibilidad en procesos financieros y la información de productos financieros.

3. El Reglamento CSRD (UE) 2022/2464 promueve la divulgación de información no financiera por parte de ciertas empresas, mejorando la transparencia de los informes de sostenibilidad corporativa y facilitando la integración de criterios ESG en la toma de decisiones empresariales. Este reglamento regula cómo se debe informar sobre el cumplimiento de los criterios ESG por parte de empresas de interés público.

En definitiva, no estamos hablando de una declaración de intenciones o un lamento por los errores cometidos. De lo que estamos hablando es de la puesta en marcha de una estrategia concreta, con mecanismos regulatorios, con elementos concretos de trabajo a la que hemos de incorporarnos de manera progresiva, pero ineludible.

Lo que hasta hace poco era una elección en la forma en la que gestionamos nuestras entidades, hoy se está convirtiendo en una obligación. El marco legal de la CSRD así como la estrategia del Green Deal nos ponen un horizonte relativamente corto (2024/2026/2030) para implementar diversos modelos de medición de impacto ESG. Ante este cambio de paradigma va a ser más sencillo buscar un valor añadido en un tipo de gestión diferente. Implementar la visión ESG en los planes de negocio o producción en lugar de fiarlo todo a la correcta cumplimentación de las auditorías que están por venir.